Nuestras fronteras

En el borde infranqueable entre mis labios y tu piel
existe un universo de eternas cosas.
Como eterno silencio y eterna duda.
No quiero vivir siempre en el estanque de los pereceres
aguardando un puente entre nuestros vehementes pensamientos
o escarbando túneles sin que te des cuenta
para que al final,
lo que yo considero caricia, tú consideres viento.

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