El pueblo en el que nací
En verano solo se oye el silencio acompañado por el graznido evocador de un ave que sobrevuela las escasas viviendas. Casas bajas, blancas, antiguas, viejas sin estar derruidas pero a las que una mano de pintura no les haría ningún daño. Ahí nací yo, entre medio del barro y el olor a húmedo. El calor […]